ALTERACIONES DE CONDUCTA EN DCA
Cuando una persona sufre un DCA son varias las secuelas a las que ha de hacer frente, entre ellas se encuentran las alteraciones de conducta.
Las alteraciones de conducta, podemos decir que engloban todas aquellas conductas que se dan en el entrono y el contexto en el que se desenvuelve la persona afectada, que le generan malestar y que no le permiten realizar las diferentes actividades de la vida diaria.
Encontramos que entre los trastornos emocionales y conductuales más frecuentes están los siguientes, los cuales pueden darse de forma combinada, aislada y en distinto grado:
- Agitación
- Deambulación
- Labilidad emocional
- Irritabilidad y Agresividad
- Conducta sexual inapropiada
- Desinhibición conductual
- Depresión y ansiedad
- Apatía
- Egocentrismo
Con todas estas alteraciones la familia recibe un impacto emocional mayor que en el caso de trastornos cognitivos como podrían ser las agnosias. Estos déficits son vividos como discapacidades que impiden al paciente desenvolverse como antes de la lesión, pero la persona sigue siendo ella misma. En cambio, la apatía y la desinhibición provocan que la familia tenga la vivencia de que el paciente es otra persona diferente.
A la hora de llevar a cabo la intervención con el afectado, estas alteraciones hacen que la implicación en la terapia dentro del proceso rehabilitador sea más complicada y por tanto más difícil de realizarla con éxito.
Dada la dificultad que engloba la rehabilitación de las alteraciones de conducta, es importante que se realice teniendo en cuenta todos los aspectos en los que se ha intervenir.
Se ha de realizar una modificación del entrono de aquellos factores que alteren la conducta del afectado como son los ruidos, las luces, etc. Se ha de conocer, además, las demás alteraciones cognitivas que el afectado sufre como pueden ser la memoria, la atención, la comunicación, la percepción y las funciones ejecutivas para proporcionarle las ayudas necesarias en cada una de estas alteraciones, de manera que no sean el detonante por sí mismas de la alteración conductual. Es por eso que un entorno adecuado puede compensar las dificultades cognitivas de la persona con DCA, permitiéndole adaptarse y alcanzar sus metas con mayor facilidad. Sin embargo, una mala planificación y control de estos factores puede suponer una barrera que dificulte esta adaptación, aumente el estrés ya existente y suponga, en sí misma, un desencadenante de las alteraciones conductuales; el exceso de información sensorial puede dificultar aún más el procesamiento de información en sujetos con problemas atencionales o ejecutivos. La falta de señalización y homogeneidad en los entornos físicos, junto con una programación poco homogénea y estructurada, puede agravar los problemas de desorientación y dificultar la capacidad para realizar tareas y aprender rutinas en personas con déficit ejecutivo o problemas de memoria.
También se han de aplicar programas de modificación de conducta específicos en cada uno de los casos, aplicándose distintas técnicas en función de la conducta que queramos modificar, ya que en algunos casos el objetivo será reducirla y en otros aumentarla. Por tanto, es importante realizar en primer lugar el análisis funcional de la conducta que queramos modificar, de esta forma podremos observar cuales son los antecedentes y consecuentes de la misma y así decidir qué tipo de refuerzos se han de establecer.
Por otro lado señalar como un factor de gran importancia en la rehabilitación de las alteraciones de conducta, que las familias y cuidadores reciban información y se les explique en qué consisten dichas alteraciones y como pueden intervenir con sus familiares afectados, intentando de esta forma reducir en las familias las creencias de conductas intencionadas por parte del afectado y ayudarles a mejorar su calidad de vida.
Bibliografía
- Cuadernos FEDACE. Rehabilitación de las alteraciones conductuales derivadas del Daño Cerebral Adquirido. (2009). fedace.org.
- Sánchez-Cubillo, I., Lertxundi, N., Quemada, JI., Ruiz-Ruiz, R. (junio 2007). Trastornos del comportamiento en daño cerebral adquirido. ACCIÓN PSICOLÓGICA.